El aceite de palma es malo, ¿por qué?
Según la nutrición, el aceite de palma es una especie de archi enemigo para nuestros estómagos. No se trata de consumirlo poco, en pequeñas cantidades, sino de eliminarlo directamente de nuestra dieta. Y no sólo el aceite de palma, claro; tenemos que dejar de consumir cualquier producto que lo contenga, sobre todo los procesados.
Que el aceite de palma sea malo no significa que todos los aceites lo sean. Hay muchos tipos de aceites de diferentes procedencias y calidades. Pero la grasa del aceite de palma nunca fue bien vista por este sector de la alimentación.
Tanto el aceite de palma como sus derivados se obtienen del fruto de la especie Elaeis guineensis, conocida como palma africana o aceitera, de origen africano, que se introdujo de forma masiva en el suroeste asiático a principios del siglo XX. También hay importantes plantaciones en América del Sur. Los derivados del aceite de palma no son sólo productos alimentarios, ya que buena parte de la industria de la cosmética se compone de productos con este ingrediente; por ejemplo: cremas, pasta de dientes, jabones. Además de utilizarse en la producción de biodiesel.
En cuanto a la alimentación, encontramos una enorme variedad de platos preparados como los helados, las salsas, margarinas, galletas, bollería, pizzas, chocolates, confitería en general, aperitivos dulces y salados y palitos de pan, entre otros. Algunas de las empresas del sector alimentario que más usan el aceite de palma son Unilever, Nestlé, Kellogg’s, Burger King, McDonalds, Starbucks o Ferrero.
Aunque el Reglamento Europeo 1169/2011 sobre la información alimentaria entró en vigor en diciembre de 2014, todavía existen algunos fabricantes y distribuidores de alimentos que en los etiquetados de sus productos evitan mencionar que estos han sido elaborados con aceite de palma. Si lo hacen, lo disfrazan con pseudónimos: aceite de palmiste, grasa vegetal fraccionada e hidrogenada de palmiste, estearina de palma, palmoleina u oleina de palma, manteca de palma o el nombre científico de la especie (Elaeis guineensis).
Lo cierto es que se trata de un aceite masivo debido a su bajo precio, en comparación con grasas y aceites de otro origen, y además es un aceite muy versátil que puede usarse en diferentes comidas y en variadas combinaciones. La industria aprecia mucho sobre todo una de las características de este aceite: su temperatura de fusión, que le permite permanecer sólido a temperatura ambiente manteniendo al mismo tiempo una textura sedosa y untuosa. Por esta razón se utiliza tanto en la confitería, para formar las coberturas de chocolates y bombones, por ejemplo. Se mantiene sólido pero cuando ingresa a la boca se funde de una manera agradable. Otros aceites que podrían funcionar perfectamente como sustitutos (el aceite de soja, otros aceites hidrogenados o manteca de coco) no son tan económicos como los derivados del aceite de palma.
¿Por qué el aceite de palma hace mal a la salud?
El argumento principal tiene que ver con su perfil lipídico: la naturaleza de los ácidos grasos que lo componen. Se trata de una grasa especialmente rica en ácidos grasos saturados, vinculados con el incremento de distintas enfermedades metabólicas. Es decir que puede clasificarse dentro de la categoría de “grasas malas”, saturadas. Por otra parte, al parecer este aceite se procesa por medio de serios contaminantes de caracteres genotóxicos y carcinogénicos, que pertenecen a una familia de compuestos denominados ésteres glicidílicos de ácidos grasos, formados por el tratamiento de los aceites vegetales a más de 200º C. Este proceso es habitual en el caso del aceite de palma, porque se aplica para eliminar su apariencia rojiza y para mejorar su sabor y olor.
La otra cara: ¿es malo el aceite de palma?
Al ser un aceite de bajo costo, consumido en dosis moderadas, no debería generarnos problemas de salud. El precio es un factor decisivo, gústese o no. Aunque es cierto que el aceite de palma contiene ácidos grasos saturados que aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, también es cierto que los niveles de consumo no han indicado problemas de salud pública.
El consumo de aceite de palma está en aumento en el mundo
El primer consumidor mundial de aceite de palma es China, con 5,5 millones de toneladas (MT). La Unión Europea ocupa el segundo lugar con 4,1 MT. Sigue la India, con 4,1 MT y Pakistán, con 2 MT. En la última década, la Unión Europea duplicó su consumo de aceite de palma hasta alcanzar el 10% del consumo mundial. En 2004, España importó casi 70.000 toneladas. A este ritmo, se calcula que la demanda mundial de aceite de palma alcanzará los 77 millones de toneladas a mediados de siglo.
Con esta información, ya puedes decidir si te apetece o no consumir el aceite de palma. Recuerda que por lo general no aparece como tal en los etiquetados de los productos derivados de él, así que fíjate, en todo caso, cuáles son esos sinónimos que pueden aparecer en las etiquetas. Porque, al fin de cuentas, el consumidor debe tener todos los datos necesarios y certeros para poder decidir qué come.
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