¿Cuál es la diferencia entre el toro y el buey?

Las diferencias más simbólicas pueden encontrarse en la heráldica o “ciencia del blasón” (que se encarga de explicar y describir los escudos de armas de cada linaje, ciudad o persona). Aquí vemos algunas diferencias gráficas notables entre el toro y el buey.

El toro se representa con la cola alzada y por encima del lomo, de manera que el sexo queda en evidencia, mientras que el buey suele aparecer con la cola colgando, sin representar el sexo.

Pero más allá de estas representaciones, en lo concreto sabemos que el toro es la especie macho de la vaca, que es la hembra. Ahora bien, hasta que llegan a la pubertad, los toros son todos toros. Pero en esta edad algunos son castrados, y entonces comienzan a diferenciarse de los toros no castrados con el nombre de bueyes.

La carne de los bueyes resulta más jugosa y tierna que la de las vacas y los toros, por eso gozan de buen prestigio entre los amantes de las carnes. Además, muchas veces nos ofrecen vacas o toros en nombre de bueyes. Su alta demanda ha provocado una disminución de su oferta.

En términos económicos o más estrictamente monetarios, la diferencia entre el toro y el buey se halla en el precio. Si compras buey a un precio bajo lo más probable es que quieran venderte toro o vaca.

La carne del buey, o del toro castrado, sabe diferente, más rica, que la del toro debido a que, por esa castración, el animal ha dejado de producir la testosterona que, aunque sutilmente, afecta su carne.

Pero al momento del nacimiento ambos animales son terneritos o becerros. Luego, en la etapa adulta, se le llama buey al toro que ha sido castrado con el objetivo principal de realizar trabajos de faena o bien para alimentarlos y luego sacrificarlos.

Podemos describir al toro como un bovino que se encuentra maduro y, sobre todo, intacto. No ha sido castrado porque se utiliza para la reproducción. El toro es el animal que ha crecido en forma natural y que no ha sido castrado y, por lo tanto, puede procrear. Por su parte, el buey es un bovino que ha sido castrado inmediatamente luego de su madurez sexual.

De todas maneras, el buey también puede ser un bovino hembra (una vaca o una vaquilla), incluso puede ser un toro (un bovino no castrado). En los tiempos bíblicos, el buey era la forma general para denominar un bovino domesticado, más allá de su edad, género, tipo o fines de carga.

La carne de buey es la más jugosa, pruébala y descubre la diferencia.

Algunos mitos han difundido creencias más bien falsas acerca de esas características particulares que diferencia a los toros de los bueyes, o viceversa. Uno de los mitos más extendidos al respecto sostiene que los toros tienen cuernos mientras que los bueyes no. Esto no es cierto. La realidad es que ambos presentan cuernos: en la castración del toro, sus cuernos no son quitados. Entonces, la ausencia o presencia del cuerno no es índice de castración o no castración.

Podemos sintetizar en pocas palabras la diferencia esencial entre el toro y el buey: en principio, el animal es el mismo, pero el toro es un animal semental que se conserva para la procreación o reproducción del ganado mientras que el buey es el mismo animal que ha sido castrado para realizar trabajos o faenas agrícolas, es decir, para domesticarlo, o también para utilizarlo como animal de tiro. 

Las diferencias entre el toro y el buey no aparecen con el nacimiento de estos animales, sino con la intervención del hombre, que le atribuye al mismo tipo de animal diferentes fines y objetivos. A partir de la castración, el originario becerro comienza a desarrollarse y a vivir en diferentes condiciones a las del becerro no castrado, es decir, el toro. Estas condiciones afectan a su vez la textura y el sabor de su carne y su comercialización para el consumo. Pero, en esencia, son el mismo tipo de animal.

Si quieres saber más acerca de las diferencias entre el toro y el buey, puedes mirar estos artículos:

- ¿En qué se diferencia la carne de buey de la ternera?

- Chuletón de buey, distintas formas de prepararlo

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