Las conservas de tomates son prácticas porque puedes prepararlas de una vez y luego guardarlas en tu heladera durante un buen tiempo y tenerlas siempre a mano para preparar ensaladas o comerlas con tostadas o en salsas. Preparar conservas de tomate es sencillo y rápido, además de rendidor. A continuación, te mostramos cómo hacer conservas de tomate.
Por supuesto que siempre conviene esperar al verano, cuando el tomate se encuentra en encuentra en el punto justo de maduración. Puedes preparar conservas durante todo el año, pero el verano es el mejor momento para el tomate. Conviene siempre estar al tanto de cuáles son las frutas y verduras de estación, así que le sacas todo el provecho a los alimentos naturales.
Receta de conservas de tomate
Ingredientes:
- Cinco kilos de tomate natural maduro.
- Agua.
- Frascos de vidrio.
- Tabla de cortar.
- Una olla grande.
- Cuchillo bien afilado.
- Pinza para cubitos de hielo.
- Paños de cocina.
- Espumadera.
Elaboración:
1. Esterilizar los frascos de vidrio
Comienza por esterilizar los frascos de vidrio que vas a utilizar para las conservas. Para ello, calienta abundante agua en la olla más grande que tengas y luego agrega los frascos, y también agrega las tapas. Lleva el agua a punto de ebullición y, a partir de ese momento, deja los frascos cinco minutos más, con el agua hirviendo. Luego los retiras con cuidado de no quemarte; puedes utilizar pinzas de hielo o cualquier otra herramienta que te sirva para quitarlos del agua. Déjalos enfriar a temperatura ambiente.
2. Preparar los tomates
Primero debes lavar los tomates muy bien, y quitarles las hojas y los tallos. Luego, le haces a cada tomate un corte en cruz en su parte inferior, así te resultará más sencillo quitarle la piel.
Para pelarlos, pon agua a hervir y cuando ya esté caliente agrega los tomates. Cocínalos durante un solo minuto, luego retíralos con la espumadera y déjalos reposar en agua fría. Apenas se encuentren templados, puedes pelarlos comenzando por el corte en cruz.
Con un cuchillo, quítales la parte superior, donde estaban las hojas y los tallos, y también fíjate que queden partes duras o estropeadas.
3. Proceso de embotellado
Corta los tomates en mitades, escúrrelos para retirar el exceso de agua y luego introdúcelos en los frascos apretándolos bien entre sí para que no quede aire.
Cuando llenes todos los frascos que vas a preparar, agrégales de aceite de oliva hasta que quede a ras del tomate. Con el aceite vertido de esta manera, la conserva durará más tiempo.
4. La conserva
Pon a calentar agua en una olla grande. Cuando el agua esté hirviendo, agrega los frascos bien cerrados. Introdúcelos en forma vertical, despacio y con cuidado, y déjalos con el agua dos dedos por encima de sus tapas. Si puedes, es mejor que envuelvas los frascos en paños de cocina para evitar que se golpeen y se rompan cuando estén en la olla. Mantén los frascos a baño María durante treinta minutos. Con este proceso, los frascos se cierran herméticamente.
Luego del baño María deja enfriar los frascos durante diez minutos en la propia agua de la olla y después quítalos y déjalos reposar sobre un paño de cocina hasta que se enfríen por completo.
Cuando ya estén enfriados, guarda los frascos en una despensa o en cualquier lugar que se encuentre fresco y seco.
Prepara esta receta sencilla de conservas de tomate, que no te demorará más de cincuenta minutos y podrás disfrutar durante días, semanas o meses, según la cantidad de conservas que preparares. También puedes preparar conservas de pimientos asados, judías, pepinillos, berenjenas y más.
Estas conservas te permitirán comer algo rico y rápido, además de variado, ya que puedes combinarlas con diferentes tipos de alimentos: ensaladas, pan fresco, tostadas, salsas, picadas, pastas, anchoas cantábricas o conservas de Santoña.
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