El marisco es un alimento recurrente en las mesas navideñas españolas. Este producto se caracteriza por su calidad y variedad. En las costas que bordean la Península Ibérica se capturan los mejores crustáceos y moluscos de Europa: centollos, bogavantes, bueyes de mar, ostras, langostas, gambas rojas y blancas, langostinos, almejas, mejillones… La lista parece interminable: navajas, berberechos, vieiras, ortiguillas de mar, y podríamos seguir…
Los mariscos españoles son un verdadero tesoro. Pero, a diferencia de esos tesoros escondidos al final del arco iris, los mariscos españoles se encuentran al alcance de todos sus consumidores. Son tan variados que satisfacen todos los gustos y también todos los “bolsillos”, ya que existen algunos de precios realmente módicos y otros más costosos.
Entre los mariscos más comunes encontramos los moluscos y los crustáceos. Los moluscos se caracterizan por sus cuerpos blandos; algunos poseen caparazones (mejillones, almejas, berberechos, etcétera), pero otros, como los moluscos cefalópodos, no tienen conchas (pulpo, calamar, sepia). En cambio, los crustáceos siempre están recubiertos por un caparazón que cambia a medida que crece el animal (camarones, langostinos, cangrejos, percebes, etcétera). Además de estas dos clasificaciones, también existen los mariscos denominados equinodermos, invertebrados de espinas móviles (erizo de mar).
El uso de los mariscos en la gastronomía no sólo se limita a las festividades. Se consumen durante casi todo el año, sobre todo entre enero y abril y entre septiembre y diciembre. En estos periodos, los mariscos no están en sus fases de reproducción, por lo que mantienen un peso estable y sus carnes son firmes.
Pero las navidades en España se acompañan con mariscos. En esta oportunidad, los mariscos nunca faltan en las mesas. Los más consumidos son los centollos, las ostras, las langostas y los langostinos, entre otros. Las formas de comerlos son muchísimas. Cada familia los incorpora a sus mesas de acuerdo a sus gustos y costumbres particulares.
Como el consumo de mariscos se encuentra tan extendido a lo largo de España, resulta conveniente estar al tanto acerca de cómo seleccionarlos, limpiarlos y prepararlos.
1. Tenemos que evitar consumir los mariscos crudos.
2. También debemos estar atentos a las condiciones de refrigeración de las pescaderías donde los compramos.
3. Si los preparamos en nuestras casas, tenemos que mantenerlos crudos fuera de la heladera la menor cantidad de tiempo posible, y también debemos limpiar muy bien el área sobre la que vamos a trabajar.
4. Por último, conviene asegurarnos de que los mariscos se encuentren frescos. Para esto, lo mejor es olerlos y tocarlos: deben oler bien y estar sólidos y secos (no gelatinosos).
Además de estas condiciones básicas en las que debemos fijarnos al momento de comprar y cocinar cualquier tipo de marisco, también nos conviene tener en cuenta que podemos prepararlos tanto cocidos como fritos, a la plancha, al vapor, a la parrilla, en salsas, guisos, ensaladas, pastas, sopas y pasteles. También pueden comerse tanto fríos como calientes.
Maricos crudos
Las ostas, los ostiones, los berberechos, las almejas, los percebes y los erizos pueden comerse crudos. Quedan muy bien con jugo de limón y/o salsas picantes.
Maricos cocidos y fríos
Para esta alternativa, los mejores mariscos son las gamas, los langostinos, las cigalas, los camarones, los mejillones y las langostas.
Mariscos cocidos y calientes
Son ideales los percebes, las gamas, el pulpo y los berberechos.
Mariscos a la parrilla o a la plancha
Las gambas, las cigalas, los bogavantes, los chipirones, las langostas y las navajas quedan perfectos asados a la plancha o la parrilla.
Mariscos fritos
Camarones, calamares, ostiones, chipirones y gambas son los ejemplares perfectos para este tipo de cocción.
Mariscos en guisos
Los calamares, los mejillones, las almejas, las vieras, el pulpo y las galeras son ideales para preparar estos platos.
Empanadas de mariscos
Quedan muy bien con mejillones, berberechos, vieiras, calamares y camarones.
Camarones “a la milanesa”
Esta receta es fácil y riquísima. Basta con conseguir unos buenos camarones bien carnosos y pasarlos por huevo y pan rallado (condimentados a gusto) y luego freírlos unos segundos.
Estas son sólo algunas de las formas típicas de preparar mariscos. Pero existen muchísimas más. Aún quedan unos cuantos meses para las próximas navidades, tienes tiempo para ir pensando cuál será tu receta, con qué clase de marisco piensas trabajar, o tal vez utilices más de una variedad. ¿Por qué no nos cuentas?
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Fotografias de Ricardo Bernardo