Conservas listas para comer

Por más curioso que parezca, se dice que el creador de la fórmula conservera fue el mismísimo Napoleón Bonaparte, quien se empeñó en encontrar una forma que permitiera conservar los alimentos durante un buen tiempo. Claramente, la preocupación de este personaje de la historia estaba dada por un contexto muy específico: la guerra. Tanto él como los soldados necesitaban de una alimentación saludable, práctica y nutritiva para poder combatir. Entonces, el origen de la conserva tiene que ver con una situación de supervivencia.

Este punto era clave en el ánimo y en la salud de las tropas, ya que los alimentos en conserva les permitían mantenerse fuertes, evitando enfermedades y cualquier otro inconveniente surgido por la falta de comida. Es por ello que Napoleón Bonaparte decidió premiar con 12.000 francos a la persona que diera con un método que impidiera que la carne, la fruta o las verduras se pudrieran. Esta persona fue Nicolas Appert, un chef parisino que empezó a cocer los alimentos y envasarlos al vacío: los productos se colocaban dentro de las botellas de vidrio, que se cerraban con tapones de corcho y a su vez se sujetaban con alambre y se sellaban con cera o lacre; después, eran hervidas para que, por ejemplo, la carne no se descompusiera. Pero había un problema: la fragilidad del envase y su peso. Este problema perduró hasta que, en 1810, Peter Durand patentó la primera lata de conserva hecha con hojalata.

Con el tiempo, los envases se han perfeccionado y también ha crecido la oferta de productos que pueden enlatarse. Durante años, el consumo de a conserva se ha relacionado con la guerra u otras situaciones de sobrevivencia o con aquellas personas que no tienen destreza en los fogones o aquellas que desean comer algo rico y rápido. Pero hoy las conservas son mucho más que eso. Para empezar, podemos encontrar los alimentos más deliciosos y de alta calidad dentro de una lata de conserva: auténticas conservas gourmet de espárragos, berberechos y anchoas cantábricas, por mencionar algunos productos. También existe una variada oferta de conservas dulces, que son verdaderas delicias. Incluso, en la actualidad, hay productos enlatados que son mejores que los frescos.  

En los últimos años, el mundo de la conserva se ha hecho de grandes aliados: Las anchoas de Santoña son el mejor ejemplo de conserva gourmet, pero también encontramos otros productos de excelentísima calidad como zamburiñas guisadas e hígado de rape al natural. Los mejillones también son un gran aliado de las conservas.

Así como existen diferentes tipos de conservas, también existen diferentes tipos de consumidores: hay clientes que realizan un pedido para abastecer unos meses la despensa y otros que eligen las conservas por sus productos gourmet. Los espárragos, los pimientos, el bonito y las anchoas son las conservas más demandadas.

Ventajas de las latas de conservas

Además de presentar productos de excelente calidad, comer de la lata es rápido, rico y sencillo. Las conservas no necesitan energía para guardarlas en óptimas condiciones y los envases son reciclables al 100%, lo que supone todo un detalle con el medio ambiente.

Como si fuese poco, no contienen conservantes, ya que la esterilización es suficiente para conservar el producto en perfecto estado hasta su consumo y también es suficiente para mantener todas las propiedades nutritivas.

Las conservas de pescados y mariscos se capturan, y, sin demora, se preparan para los procesos de conservación con la manipulación precisa. En España hay unas 145 empresas conserveras. Al menos, sesenta se encuentran en Galicia, aunque hay conserveras en toda España, y en lo que se refiere a anchoas las mejores están en Cantabria.

Las conservas de pescado y, en general, casi todas las latas de conservas que llevan aceite, cobran calidad mientras más tiempo permanecen enlatadas, porque el producto se impregna del aceite y se macera. Las anchoas de semiconserva son una excepción, pero por ello llevan fecha de consumo preferente, no de caducidad. En cuanto a las conservas en aceite de navajas, almejas, atún y sardinas, aunque son un manjar desde el principio, se ponen tremendamente ricas cuando llegan, incluso, a los diez años de permanencia en latas.

Las conservas gourmet son un verdadero producto estrella dentro de las alacenas de nuestras cocinas. No sólo por esas ventajas más bien obvias que ya mencionamos (ricas, nutritivas, fáciles de comer y de transportar), sino porque además puede ser, realmente, un producto gourmet, al nivel de los alimentos más prestigiosos que conocemos. Son manjares, independientemente de la etiqueta.

Existe una variedad enorme de conservas gourmet, tanto de alimentos salados como dulces, y de unos matices amplios y diversos. Si te gusta la comida en conservas, tienes todo un mundo por descubrir. Podrás encontrar excelentes opciones de calidad y precio en las tiendas virtuales de productos gourmet.  

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