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La miel, ¿un buen sustituto del azúcar?

Posted on9 Years ago
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A muchas personas les cuesta acostumbrarse al sabor artificial de los edulcorantes. En estos casos, la miel se presenta como el sustituto ideal del azúcar. Pero lo cierto es que el azúcar y la miel contienen prácticamente el mismo grado calórico: 400 calorías y 320 calorías, respectivamente, cada 100 gramos.  

Aun así, la miel aporta un mayor contenido de nutrientes que el azúcar. En ella encontramos antioxidantes, minerales y vitaminas. En realidad, el azúcar blanco sólo aporta calorías. Estos nutrientes de la miel influyen de manera positiva en la salud general de nuestro organismo.

De cualquier modo, debemos controlar su consumo, al menos si decidimos utilizarla para endulzar las infusiones, la leche desnatada o el pan, una vez que comenzamos con el régimen de dieta. No conviene consumir más de dos cucharaditas diarias, ya que la miel contiene un alto nivel de carbohidratos, sobre todo de azúcares, de manera que, en abundancia, no colabora con la baja de peso, más bien sucede todo lo contrario.

Entonces, a la pregunta acerca de si la miel engorda, podemos responder que sí, que en abundancia, la miel engorda. Pero en pequeñas dosis funciona muy bien como sustituto del azúcar en las dietas para bajar de peso. ¿Por qué? A diferencia del azúcar refinado, la miel contiene vitaminas y minerales, que el organismo utiliza para, por ejemplo, disolver las grasas y el colesterol. Al comer demasiada azúcar aumentamos de peso por el grado calórico de este alimento pero también engordamos por la falta de vitaminas y minerales. Es en este sentido que los nutrientes de la miel ayudan en la reducción de peso.

Pero, concretamente, ¿en qué se distinguen la miel del azúcar?

La primera diferencia se encuentra en la proporción de azúcares: el azúcar es 100% sacarosa (un azúcar completamente simple) mientras que la miel se compone de un 80% de azúcares simples y el resto del contenido es derivado del agua.

Aunque el aporte calórico es similar, el contenido de calorías de la miel es algo menor. Además, como la capacidad para endulzar de la miel es superior a la del azúcar, se necesitan menores cantidades.  Visto así, las calorías son incluso menores.

El azúcar sacarosa sólo nos proporciona calorías vacías, ya que presenta un escaso contenido de nutrientes, que no llegan a constituir ningún aporte verdaderamente significativo para el organismo humano. En cambio, la miel contiene nutrientes en proporciones considerables, entre los que encontramos: calcio, magnesio, potasio, fósforo, ácido fólico, vitamina C, y más.

Por otra parte, la miel es antioxidante y, por esta razón, tiene un efecto expectorante, que favorece la curación de resfríos, tos y otras afecciones respiratorias.

Cómo utilizar la miel para bajar de peso

La miel y el agua caliente

Dentro del cuerpo, la grasa permanece almacenada como un recurso no utilizado. Pero se cree que la miel tiene la capacidad de movilizar esta grasa. Al quemarla, el organismo se vuelve enérgico y puede afrontar las actividades diarias sin pereza, ni sueño o malhumor. Esto genera a su vez una disminución gradual del peso de los niveles de obesidad. Entonces, se recomienda tomar una cucharadita de miel mezclada con una cucharadita de agua caliente, una vez por día, a la mañana.

La miel y el jugo de limón

La miel mezclada con agua tibia y jugo de limón también puede resultar útil para la pérdida de queso. Se suele beberla por la mañana, ya que así se produce el efecto de “quemar grasas”. Se prepara en las mismas dosis que la primera receta: una cucharadita de miel, otra de jugo de limón y otra de agua tibia.

La miel y la canela

La canela en polvo con miel y agua caliente es otra receta bastante utilizada entre las personas que desean bajar de peso. Consiste en mezclar una cucharadita de canela con otra de miel en una taza con agua tibia. Mezclar bien ambos ingredientes y después beber el líquido de un sorbo. Consumir el brebaje por la mañana, cuando tenemos el estómago vacío. Aunque todavía no queda claro por qué esta mezcla ayudaría en la reducción de peso, lo cierto es que muchas personas afirman que, en un periodo de mediano a largo, los resultados de esta pequeña actividad matutina comienzan a volverse visibles.  

La miel y la digestión

Este dulce natural tiene la capacidad de mejorar la digestión, y una buena digestión facilita a su vez la perdida de peso. Muchas veces se acostumbra a tomar una cucharadita de miel después de haber comido en exceso, justamente, por esta cualidad digestiva que aliviana rápidamente la hinchazón y la molestia estomacal.  

De esta forma, podemos concluir en que, al momento de realizar una dieta para perder peso, si no nos gustan los edulcorantes artificiales, la miel puede resultar una buena sustituta del azúcar, siempre que la utilicemos en cantidades medidas, porque no sólo contiene menos calorías sino que además sus nutrientes aportan salud a nuestro organismo.

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