Cada vez que desde el Mar Cantábrico pescan los mejores bocartes, estos pasan a las empresas conserveras de Santoña, con el firme propósito de recibir un tratamiento manual que con el pasar de los días y las heredadas técnicas de salazón y sobado tienden a generar productos de inigualable exquisitez mayormente buscados por las y los consumidores de toda España e incluso desde el exterior.
Al llegar a las conserveras los bocartes son metidos en barriles, intercalándolos en capas de salmuera; unos estarán destinados para un envasado en salazón y otros pasan ser fileteados en aceites de oliva. De esta manera obtienen el salado, color, sabor y textura deseado y al punto del paladar de su clientela.
Como parte del proceso de elaboración, cada pieza del pescado pasa luego a ser descabezada, quitarles las espinas, las vísceras y a lavarlas. Así como también a seleccionarlas por su tamaño, previo al empaquetado sea en envases de vidrios o en latas. Todo esto en un proceso tradicional a mano, que permite así conservar la frescura en cada pescado, justo hasta alcanzar la madurez para ser vendido, junto a una serie de recomendaciones etiquetadas para el momento de su consumo y tiempo de caducidad.
Las mejores anchoas de Santoña, se diferencian de otras, precisamente por la técnica tradicional en su materia prima, así como en la presentación, y catas que se anexan en paquetes promocionales, generando así un contacto e identificación con la clientela que paga un poco más, por degustar la más alta calidad en anchoas, ya que para nadie es un secreto que el mejor sabor en las anchoas, se hallan en aquellas provenientes del Cantábrico, donde cada bocarte es seleccionado y tratado de la forma más cuidadosa, siempre pensando en sus consumidores, los cuales buscan los productos en aceite de oliva, o en salazón para preparar las mejores comidas a bases de productos 100% frescos.
Las más destacadas conserveras de anchoas de Santoña, ofrecen una variedad en sus productos, llevando a su mesa, calidad, frescura y buen precio en cada una de las estaciones del año, ya que se esmeran en el tiempo de pesca y en una perfecta conservación de su materia prima.