Diferencias entre té e infusión
Es común confundir el término té e infusiones. Aunque en sustancia tienen una misma forma de preparación, hay que mencionar que hay algunos cambios con respecto a una y otra. A continuación, todos los detalles.
Té e infusiones: las diferencias que debes de conocer entre una y otra
Cuando vas al supermercado y entras al pasillo de los tés, es común ver que los productos se confunden. Ves cajas que dicen ‘’Té’’ cuando en realidad son infusiones y ves presentaciones que dicen ‘’infusión’’ cuando en realidad son Té. ¿Hay diferencias muy claras entre ellas? La respuesta es un concreto Sí.
Primero hay que hablar de sus semajanzas. Ambas, al menos en presentación comercial, vienen en bolsas de papel filtro. En ellas está la hoja, fruto o flor triturada y hasta deshidratada. El método de preparación también es el mismo: simplemente hay que hacerlo con agua caliente para que la esencia se impregne en el agua. Además, ambos pueden estar en presentaciones frías y calientes.
La diferencia radica, principalmente, en su materia prima. Los tés se realizan utilizando la planta camellia sinencis. Esta planta es procedente de China y posteriormente fue plantada por todo el sudeste de Asia, por esa razón el ‘’Té original’’ se encuentra en este gran país asiático. Esta planta es conocida por que tiene teína, que básicamente es lo mismo que cafeína, pero se le dio un nombre diferente para no confundir sustancias.
Por otra parte, están las infusiones. Las infusiones son las preparaciones que se realizan con todo tipo de hierbas, hojas, flores y frutos que no tengan Camellia Sinencis. Otra gran diferencia es que estas plantas no contienen teína, por lo que no son considerados como estimulantes, es decir, no te afectarán el sistema nervioso.
Si quieres desglosar ambos términos, se puede menciona que todos los tés son infusiones en sentido puro y estricto. Pero no todas las infusiones son té. Básicamente estas son las diferencias entre té e infusión que hay que saber.
Algunos ejemplos de té
A lo mejor quieres algo más práctico que teórico. A continuación, te voy a mencionar algunos ejemplos de té, todo para que veas cuáles son los tipos más comunes y no confundas términos más adelante.
Té verde
Es el original. El de la tradición china y el que fue considerado como una medicina mística. El té verde es la preparación original de la planta Camellia Sinencis, y es reconocido por mantener las propiedades originales de la hoja.
Actualmente es una preparación ampliamente reconocida por su grado antioxidante, que funciona para retrasar el envejecimiento de las células del cuerpo. También es ampliamente recomendado para bajar de peso, ya que actúa como quemagrasa natural y depura todos los líquidos del organismo.
Té Negro
El segundo más popular y el que se toma en muchos hogares europeos como un gran acompañante en la merienda. Las hojas de la Camellia Sinensis pasan por un proceso de oxidación, por lo que dejan de ser verdes para obtener el color negro que le da el nombre.
Este proceso hace aumentar la cantidad de teína, por lo que es altamente estimulante. Pero conserva las propiedades antioxidantes de su hermano el verde. Este es el ejemplo perfecto para la diferenciación entre té e infusión.
Té blanco
Otra variante de esta hoja con algunas diferencias en el periodo de cosecha. Toma este color porque el vello blanco de las hojas está recién salido, por lo que tiene que cosecharse en la primavera y totalmente a mano para evitar que se caigan.
Cuenta con un sabor muy amable con el paladar, por lo que debe de hacerse a una temperatura menor que otras infusiones. Aunque sus propiedades antioxidantes disminuyen, el té cuenta con vitaminas C y E, además de ser un excelente diurético.
Té rojo y té Azul
El té rojo es un auténtico quemagrasa, que es ampliamente recetado para pacientes con obesidad. Su color se debe a que la hoja tiene que madurar por muchísimos años. Por lo regular no es tomado con frecuencia gracias a su terroso y fuerte sabor.
Por otro lado, está el Azul. A la hoja natural se le oxida para llegar al tono negro, pero si se interrumpe este proceso, alcanza un tono azul. Tiene un sabor muy similar al verde, pero es recetado principalmente para fortalecer el sistema inmune.
Algunos ejemplos de infusiones
Para seguir con las diferenciaciones entre té e infusión, te quiero mencionar algunas infusiones conocidas que seguramente tienes en casa.
Manzanilla
La hoja de manzanilla tiene un sabor bastante suave y por lo regular es tratado como un auxiliar en contra de enfermedades del sistema digestivo, como diarrea, cólicos o gastritis. También es auxiliar en contra de enfermedades oculares y afecciones respiratorias. Es el más común en un hogar cualquiera.
Menta
El sabroso té de menta tiene excelentes propiedades antisépticas y antiespasmódicas, por lo que los doctores lo recetan para diversos tipos de afecciones. También puede ser un excelente auxiliar en contra del mal aliento, por lo que beber una taza de él antes de una cita es una excelente idea.
Tilo y Valeriana
Ambos tés son muy conocidos en América, pero ahora se han trasladado hasta Europa gracias a sus excelentes capacidades. Ambos son relajantes y sedantes, por lo que es ideal para personas nerviosas. Además, es el auxiliar natural más recomendado para personas con insomnio. Recuerda tomarlos con cuidado, ya que te bajan la presión arterial.
Anís Verde
No hay duda de que es una de las opciones más utilizadas en Europa. El Anís verde es un excelente tónico estomacal, además de ayudar en problemas de tos. Pero su gran uso es el de regular los ciclos menstruales, además de ser un muy buen digestivo.
Ahora que ya conoces la diferencia entre té e infusión, no tienes porqué confundirlos en el mercado. Aunque en realidad su modo de preparación es el mismo, tienes que tener en cuenta las diferenciaciones.
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